Por razones políticas, este 3 de diciembre se realizó una concentración de colectivos que apoyan al gobierno venezolano, para manifestar su desagrado ante la designación de Antonio Ledezma como Alcalde Metropolitano de Caracas. El derecho a la protesta está garantizado, pero no así el atropello contra el patrimonio edificado de la ciudad. En fin, terminó la fachada y parte del edificio sede de esta alcaldía, diseñado por Gustavo Wallis en la década de los 30 del siglo XX, totalmente cubierto por spray y graffiti politicos.
Lo más paradójico y absurdo, es que la fachada y elementos ornamentales de este edificio habían sido recientemente recuperados por el Instituto Metropolitano del Patrimonio Cultural de Caracas, de la misma administración que apoyaba estos grupos. Pero ante la imposibilidad de continuar ahí, han preferido actuar a mansalva contra este patrimonio venezolano, como siguiendo el adagio "si no es mío, no es de nadie".